La Ley Grenelle de Francia y el contexto internacional indica que las empresas francesas que van a comprar materias primas y productos elaborados en Chile van a solicitar la cuantificación de las emisiones de gases de efecto invernadero a través del ciclo de producción de nuestros productos.
Esta Ley indica que desde el 1 de enero de 2011, el consumidor debe ser informado, por medio del etiquetaje, o por cualquier otro proceso apropiado, del contenido equivalente en carbono de los productos y de su embalaje, así como del consumo de los recursos naturales o de los impactos sobre los medios naturales imputables a estos productos durante su ciclo de vida.
Esta Ley obligará a los exportadores a especificar la huella de carbono e impacto ambiental de los embalajes en las etiquetas de productos destinados a ese mercado. Lo cierto es que una vez que entre en marcha esta ley tendrá implicancias directas en la forma en que los productos chilenos llegan a tierras francesas y a la Unión Europea.
Objetivo de la Ley Grenelle:
Permitir al consumidor integrar información sobre los impactos medioambientales de un producto como criterio de decisión para su compra.
Posibles barreras para países exportadores
Posibilidad a que se llegue rápidamente a nuevas medidas arancelarias en las fronteras de la Unión Europea para productos de importación. Estas medidas entonces, serán nuevas barreras de entrada para la protección de la producción local, lo que afecta a los países exportadores. De allí, la importancia de cuantificar nuestra Huella de Carbono.
Qué es la Huella de Carbono:
La huella de Carbono define la cantidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) asociadas al ciclo de vida de un producto, como consecuencia de la actividad de una empresa o de la celebración de un evento. Se expresa como cantidad de CO2 equivalente.
Beneficios de su cuantificación:
La cuantificación de la huella de carbono es una herramienta adecuada para todas aquellas empresas que quieran adherirse a un sistema de compromiso voluntario de reducción de las emisiones de GEI, lo que contribuye a la demostración ante terceros del compromiso de la organización con la responsabilidad social a través de sus requisitos en mitigación del cambio climático.
Además, la determinación de la huella de carbono permite identificar oportunidades de ahorro energético y económico, consecuencia de un mejor conocimiento de las fuentes emisoras y las posibilidades de reducción de emisiones.